Vistas de página en total

sábado, 26 de julio de 2014

Trastorno de ansiedad social



Según el DSM-IV-TR (APA, 2000), el TAS se caracteriza por el "miedo persistente y acusado a situaciones sociales o actuaciones en público por temor a que resulten embarazosa". La exposición a estos estímulos produce casi invariablemente una respuesta inmediata de ansiedad (que puede adoptar la forma de un ataque de pánico). Cuando se encuentra en una situación social temida, la persona con TAS teme realizar algún tipo de conducta ante los demás porque cree que estos notarán su nerviosismo y su ansiedad y la tacharán de débil, insegura, rara o tonta. Casi siempre se experimentan síntomas de ansiedad como palpitaciones, sudoración, temblores, rubor, sequedad de boca, bloqueo mental, etc., y su intensidad hace que la persona tema que sean fácilmente visibles a los demás.
En la ansiedad social la situaciones temidas pueden ser las siguientes: asistir a una fiesta/reunión, participar en grupo, comer en público, situaciones de examen, ser centro de atención, hablar en público, escribir en público, hablar por teléfono, tratar con personas de autoridad, hablar con desconocidos (especialmente del sexo opuesto), mirar a los ojos.
La cuestión central a subrayar aquí es que, aunque experimentan temor, estas personas no evitan estas situaciones. Algo bien distinto se pone de manifiesto en el caso descripto por Hipócrates: un hombre que "a causa de la vergüenza, sospecha, timidez, no será nunca visto en el exterior, ama la vida en la oscuridad, y no puede soportar la luz o sentarse en lugares ligeramente iluminados o ir en compañía; llevando el sombrero calado hasta en los ojos, no verá ni será visto por su voluntad. No se arriesga a ir en compañía, por miedo a que pueda ser maltratado, deshonrado, excedido en gestos o discurso, o enfermar; piensa que todas las personas le observan".
Las situaciones temidas pueden ser: asistir a una fiesta/reunión, participar en grupos, comer en público, situaciones de examen, ser centro de atención, hablar en público, escribir en público, hablar con personas de autoridad, hablar con desconocidos (especialmente del otro sexo), mirar a los ojos.
Los síntomas fisiológico que pueden acompañar son: ruborización, sudoración, temblores (en las manos y en los músculos de la cara), alteraciones en el tono de voz, palpitaciones, diarrea, tensión muscular, malestar gastrointestinal, sensación de ahogo.
Actualmente hay disponible tratamientos psicológicos eficaces para el TAS, el enfoque cognitivo-comportamental, el que más se ha desarrollado en los últimos años y el que ha demostrado mayor eficacia. Dentro de este enfoque, las intervenciones se centraron inicialmente en la aplicación aislada de diversos componentes, como el entrenamiento en habilidades sociales, la relajación, la exposición, la terapia cognitiva y la combinación de exposición y terapia cognitiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario